El patrimonio neto de una empresa es uno de los elementos que conforman la financiación propia para el funcionamiento de la misma, que incluyen los bienes y derechos de los fondos con los que cuenta dicha empresa.
Es prácticamente el dinero aportado por los socios, lo que haya generado la empresa y junto a los fondos propios, por lo que cuanto mayor sea el patrimonio neto de una compañía, mayor es su valor, lo que beneficia directamente a los acreedores, socios, organismos públicos y a la misma.
En una empresa que genera beneficios es lo más común que su patrimonio neto sea positivo, pero existen determinadas situaciones en las que no lo es, y es que, si la empresa acumula pérdidas que al final no se terminan de amortizar correctamente se van generando cantidades negativas que incluso pueden llegar a superar la cantidad de sus recursos propios. Por lo que es posible que un patrimonio neto sea una cifra negativa.
Un término importante en este tema es la capitalización, que es la recolección de fondos que los socios aportan a la empresa, pudiendo ser proporcionados en un inicio o en rondas posteriores, por lo que dichos fondos pasarían a ser propios de la empresa. También se le suele conocer como aquel proceso que aumenta el valor del capital de un negocio.
Cuando el patrimonio es positivo, significa que la empresa cuenta con capital, pero en el caso anteriormente mencionado, se habla directamente de la descapitalización, que es cuando las pérdidas superan los beneficios generados por la empresa.
¿Cómo se calcula el patrimonio neto de una empresa?
Antes de explicar cómo calcular el patrimonio neto de una compañía, es esencial tener distintos conceptos claros:
Los activos
Conforman el conjunto de bienes y derechos que tiene en posesión la empresa, de los cuales a partir de ellos se pueden obtener beneficios y recursos, un buen ejemplo de estos son las oficinas, equipos informáticos, edificios, mercancías, etc.
Los pasivos
Se tratan de aquellas obligaciones y deudas impuestas por la financiación, las cuales han sido adquiridas para poder sufragar los activos. Los pasivos representan lo que la empresa o persona debe pagar o devolver.
El valor del patrimonio neto de una compañía se calcula mediante la diferencia entre los activos y los pasivos, en otras palabras, siguiendo la siguiente fórmula:
Patrimonio neto = Activo – Pasivo
Es importante conocer el patrimonio neto de una empresa, ya que éste afecta directamente a quienes aportaron a los fondos propios, además de que es importante destacar que mientras mayor sea el patrimonio neto, mayor será la estabilidad económica de la compañía y se logrará una facilidad superior en cuanto se refiere a construir relaciones con otras empresas.
Una empresa que no conozca su patrimonio neto equivale a un negocio inestable y sin garantía de supervivencia, por lo que el calcular el patrimonio neto elude a toda costa la descapitalización, evitando pérdidas que lleguen a superar con creces los activos de la compañía.