Según los resultados obtenidos del XI Informe sobre Financiación de la Pyme en España, presentado por la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (SGR-Cesgar), que agrupa en su análisis a todas las áreas de actividad y trabajadores autónomos, se pudo saber que en 2021, 6 de cada diez empresas (esto supone el 57,9% del tejido empresarial), cerca de 2 millones de pequeñas y medianas empresas, requieren financiarse.
Un porcentaje histórico que supera los datos del 2019, en el que tan solo el 34,8% de las Pymes necesitan de dicha financiación, y en el que ha tenido gran influencia la crisis mundial provocada por la Covid y agravada por el conflicto bélico en Ucrania.
El ICO como tercer instrumento financiero más utilizado
Entre los productos financieros destacables por su frecuencia de contratación, figuran las líneas de crédito concedidas por el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
El ICO tiene la condición jurídica de entidad de crédito y se considera una de las instituciones financieras más relevantes del país. Emite bonos para recaudar fondos y, además, promueve actividades económicas enfocadas a mejorar el crecimiento y desarrollo del país y la distribución de la riqueza.
El Instituto de Crédito Oficial emite 500 millones en bonos verdes
El ICO entró por primera vez en el mercado de bonos verdes en 2019, y se trata de un tipo de deuda sostenible que plasma el compromiso de la entidad con el medio ambiente y la batalla contra el cambio climático por medio de la financiación de propuestas destinadas a alcanzar estos objetivos.
Desde entonces, el Instituto ha ido emitiendo estos bonos verdes, siendo la última el 31/05/2022 por importe de 500 millones de euros, con un vencimiento de algo más de 4 años.
El importe es el mismo que el emitido el año anterior, concretamente el 21/06/2021 en el que se colocaron esos 500 millones.
La diferencia en esta ocasión, radica en el precio, ya que han sido 3 puntos básicos los que han recortado en el diferencial.
Novedades en las condiciones de los créditos ICO
Recientemente, fueron publicadas las novedades relativas a los préstamos del ICO, novedades que sobrescriben las anunciadas a finales de marzo.
Por un lado, se trata de las exigencias que las entidades financieras imponen a la hora de realizar las evaluaciones de crédito. Se debe demostrar que el volumen de negocio en 2020 es un 30% inferior al de 2019. Con las nuevas condiciones, si no se cumple este requisito, la exigencia de aplazar el crédito quedará a discreción de la entidad financiera.
Por otra parte, la línea de capital circulante deberá mantenerse hasta el 30 de septiembre de este año. Dicho periodo podrá prolongarse hasta el 30 de junio de 2023 si se aplica alguna de las disposiciones del Código de Buenas Prácticas.
Otra novedad del Informe de Tendencias de KPMG es que los pagos del capital pueden suspenderse temporalmente si lo solicita el deudor. Para ello, se puede ampliar el periodo de carencia previamente acordado o crear un nuevo periodo de carencia de seis meses como consecuencia de los préstamos ya acordados por las PYMES.